viernes, 14 de octubre de 2011

El sentido de la vida, IV

Hemos leído en clase el texto del filósofo francés Blaise Pascal sobre la grandeza y la indigencia del ser humano. Aunque en clave de humor, los miembros del grupo inglés Monty Phyton proponen una respuesta parecida: somos polvo de estrellas.., pero un polvo muy pequeñito.


Cuestiones para el cuaderno: ¿En qué se parecen ambas respuestas? ¿Qué quiere decir que somos polvo de estrellas?

viernes, 22 de julio de 2011

Ética y Ciencia: El placer de descubrir


Notas extraídas de Richard P. Feynman, El placer de descubrir, Crítica, Barcelona, 2004, 217 páginas. Traducción de Javier García Sanz.

La responsabilidad moral del científico en la Era Nuclear:
El físico estadounidense y Premio Nobel Richard P. Feynman, que participó en el Proyecto Manhattan para el desarrollo de la bomba atómica, declaró en varias ocasiones que, una vez que se decidió a entrar en el proyecto, ante la posible amenaza de que Alemania pudiera desarrollar la bomba, sólo siguió trabajando para conseguir su éxito, olvidando la razón por la que pensó que debía hacerlo: “Y así, cuando la derrota de Alemania acabó con el motivo original, no se me pasó por la cabeza nada de esto, que este cambio significaba que tenía que reconsiderar si iba a continuar en ello. Simplemente no lo pensé” (Feynman, 2004:20-21). Tras el “éxito” del proyecto, Feynman cayó en una especie de estado depresivo: “Realmente pensé que era absurdo hacer cualquier cosa porque todo sería destruido muy pronto” (21). Cuenta Feynman que, tras la explosión, “todo el mundo lo celebraba, todos corríamos de un lado a otro. Yo me senté en el capó de un jeep tocando un tambor y haciendo cosas por el estilo. Todos lo celebraban salvo una persona que yo recuerde. Era Bob Wilson, quien precisamente me había introducido en esto. Estaba sentado y abatido. Le dije: “¿Qué haces tan abatido?”. Dijo: “Es terrible lo que hemos hecho”. Recién terminada la guerra, Robert Wilson fue uno de los primeros impulsores y primer presidente de la Federación de Científicos Atómicos, cuyo objetivo era limitar la aplicación de la energía nuclear a fines civiles y pacíficos.
“Toda la ciencia -señala Feynman- se interrumpió durante la guerra, excepto lo poco que se hizo en Los Álamos. No tenía mucho de ciencia, era un montón de ingeniería” (54).

Sobre la enseñanza:
Feynman recuerda con frecuencia las enseñanzas de su padre, cómo le animaba a observar, a fijarse en las cosas: “Mirando un pájaro decía: ¿Sabes qué pájaro es ése? Es un tordo de garganta marrón; pero en portugués es un..., en italiano un..., etc. Ahora ya sabes qué nombre tiene ese pájaro en todos los idiomas que quieres”, decía, “pero cuando hayas acabado con eso no sabrás absolutamente nada sobre el pájaro. Sólo sabrás cómo llaman al pájaro los seres humanos de diferentes lugares. Ahora, concluía, “miremos al pájaro”. Sin embargo, como profesor, Feynman confesaba que no sabía cuál era la mejor forma de enseñar: “No sé cómo responder a esta cuestión de los diferentes tipos de mentes con diferentes tipos de intereses; no sé qué es lo que les engancha, lo que les hace interesarse,no sé cómo guiarles para que se interesen”. “Mi teoría es que la mejor forma de enseñar es no tener ninguna filosofía, ser caótico y mezclarlo todo, en el sentido de que uno utiliza todas las formas posibles de hacerlo” (28). En otro lugar, en cambio, lamentando el entorno acientífico en el que vivimos (“¿por qué tenemos aún astrólogos?”, se pregunta), Feynman se queja de “esta lucha terrible por tratar de explicar cosas a gente que no tiene ninguna razón para querer saberlo”. La ciencia no tiene certezas, y la gente busca certezas: “Yo tengo respuestas aproximadas y creencias posibles y grados diferentes de certeza sobre cosas diferentes”. Esto le lleva a plantear el debate entre ciencia y religión: el científico no puede tener “ese conocimiento real de que existe un Dios; esa certeza absoluta que tienen las personas religiosas”. En este sentido, Feynman cree que “somos demasiado educados”: “Creo que deberíamos pedir a esa gente que traten por sí mismos de obtener una imagen coherente de su propio mundo”.

La integridad moral del científico.
Respecto a la integridad del científico, su honestidad y transparencia, Feynman señala que el científico debe empezar con la duda y la incertidumbre: “Antes de empezar uno no debe saber la respuesta”; luego debe juzgar las evidencias, mantener cierta objetividad y no depender en última instancia de la autoridad. “Si construyen (los científicos) una teoría, por ejemplo, y la anuncian, o la hacen pública, entonces también deben señalar todos los hechos que no concuerdan con ella, tanto como los que concuerdan con ella... Hay que dar los detalles que pudieran arrojar dudas sobre su interpretación, si ustedes los conocen. Si saben que algo es completamente erróneo, o posiblemente erróneo, deben explicarlo del mejor modo posible”. Así, señala, en el campo del asesoramiento científico, la obligación de hacer públicos los informes negativos a los propósitos del gobierno o la empresa que encarga el informe, no sólo los que les sean positivos. También en el terreno de la publicidad, señala cómo “los anuncios, por ejemplo, son un caso de una descripción científicamente inmoral de los productos. Esta inmoralidad está tan extendida que uno se ha habituado a ella en la vida cotidiana y ya no la considera algo malo”.

Es interesante la reflexión que hace Feynman acerca de la belleza que puede aportar la ciencia a nuestro conocimiento de la realidad. Frente a la crítica de un amigo artista que le señalaba que, como científico, era incapaz de ver la belleza de una pequeña flor, reduciéndose a desmontarla y convertirla en algo anodino, Feynman afirmaba: “Yo veo mucho más en la flor de lo que ve él. Puedo imaginar las células que hay en ella, las complicadas acciones que tienen lugar en su interior y que también tienen su belleza. También los procesos, el hecho de que los colores de la flor evolucionan para atraer insectos que las polinicen es interesante, pues significa que los insectos pueden ver el color... El conocimiento científico añade algo a la excitación, el misterio y el respeto por una flor; no entiendo cómo puede restar”.

No anda tan acertado Feynman, y tampoco matiza mucho sus afirmaciones, cuando hace referencia a la cientificidad de las ciencias sociales o al carácter totalitario del comunismo. Respecto a las ciencias sociales considera que se comportan como lo que denomina ciencia tipo "cultos cargo”: "siguen todos los preceptos y formas aparentes de la investigación científica, pero les falta algo esencial, porque los aviones no aterrizan”. Los “cultos cargo” se desarrollaron en Melanesia y Nueva Zelanda tras la II Guerra Mundial. Acostumbrados los nativos a ver aterrizar durante la guerra aviones con montones de mercancías, pretendieron que continuara ocurriendo lo mismo. Así que se las arreglaron para construir cosas como pistas de aterrizaje, hacer hogueras a los lados de la pista, construir una cabaña como torre de control.., y esperar que aterrizaran los aviones. La forma era perfecta, pero no funcionaba, no aterrizaban aviones.
Tampoco la filosofía sale bien parada: hablando sobre Spinoza, entiende que tuvo el valor de abordar grandes cuestiones, “pero no sirve de nada tener el valor si no se llega a ninguna parte con la cuestión”: “Uno puede tomar cada una de las proposiciones de Spinoza y sus proposiciones contrarias, y mirar el mundo..., y no puede decir cuáles son las correctas”. Quizás podría aceptar que lo interesante es plantear las cuestiones correctas, o al menos disolver las falsas. De todas formas, Feynman admite un pequeño espacio para la filosofía cuando en otro lugar reconoce que en esta época de especialización, “son cada vez menos frecuentes los debates públicos sobre las relaciones entre aspectos diversos de la actividad humana”.

Si quieres conocer a Feynman, puedes ver estos vídeos (en inglés): The Pleasure of Finding Things Out
The last journey of a genius (1988):

sábado, 25 de junio de 2011

Proyecto Gran Simio

Artículo sobre el Proyecto Gran Simio, que busca proteger a los grandes simios no humanos (como gorilas o chimpancés), en un intento de comenzar a expandir el ámbito moral a nuestra relación con el mundo animal. Peter Singer, autor de "Liberación animal", responde a sus críticos y apoya la iniciativa en el Parlamento español (que finalmente sería aprobada) para unirse al Proyecto Gran Simio.

El problema del mal: ¿El Dios del sufrimiento?

Un interesante artículo del profesor de Ética Peter Singer, en diálogo crítico con la postura del creyente en torno al sufrimiento: ¿El Dios del sufrimiento?. Os propongo un juego: buscar la lista de argumentos y contraargumentos que inteligentemente expone Singer, y, a ser posible, profundizar con los vuestros.
En el artículo "Cuando la Ética se remanga" del filósofo Jesús Mosterín podéis leer un interesante comentario sobre la obra de Peter Singer.

Ética y Publicidad, I

Documental sobre publicidad de Ecologistas en Acción y Consume hasta morir

La ética necesita de la ciencia

"Filosofía pública y tercera cultura", artículo del filósofo Francisco Fernández Buey sobre las conexiones que debe haber entre la reflexión ética sobre los problemas actuales de la humanidad y la cultura científica.

El sentido de la vida, III

Monty Python fue un grupo de cómicos ingleses de humor irreverente que realizó una serie televisiva de bastante éxito en Inglaterra. Más tarde se lanzaron al cine con películas como "La vida de Brian" y "El Sentido de la vida". En esta última, el grupo de humoristas plantea con humor crítico algunos de los "grandes temas filosóficos".

El sentido de la vida, II

Otra escena de los Monty Python sobre el sentido de la vida, en esta ocasión, de la película "La vida de Brian". Hasta en los peores momentos hay que mirar siempre al lado alegre de la vida

El sentido de la vida, I

Una escena de la película "El sentido de la vida" de los Monty Python. Una propuesta humorística sobre el sentido de la vida. Espero que os guste.

El sentido de la vida

Un veterano grupo rockero de Vigo, con letras con buen humor como esta de ¿Quiénes somos, de dónde venimos, adónde vamos?

El Dinero

Interesante emisión radiofónica en torno a "Los pecados capitales", dedicado al dinero y la economía. Con la participación de Agustín García Calvo.

La importancia de la Ética

Sobre la Idea de Bien platónica y la Ética en la Grecia clásica y en nuestros días.


¿Es importante ser buenos? ¿No suenan en la actualidad mucho valores morales, como la “virtud”, o el “bien”, como mera idealización religiosa? ¿No aparecen en otras ocasiones estos valores como una cuestión de “carácter”, que no de aprendizaje? ¿No recoge el Diccionario de la Real Académica el sentido de persona “buena” como “por lo común irónicamente, de la persona simple, bonachona o chocante”? Ya había advertido el filósofo alemán F. Nietzsche acerca de la inversión de valores producida en nuestra moral judeocristiana, para la que el “bueno” se convertía en el débil, el que sufre (y con ello, junto a la bienaventuranza divina, recibe la moral del resentimiento, enfrentada a los valores más vitales).

En el texto que comentamos en clase hemos visto cómo Sócrates, interrogado por sus discípulos, intenta explicar qué entiende por la Idea de Bien (el conocimiento más elevado, por encima de cualquier otra Idea; un conocimiento en el que debían ser educados los gobernantes de la república platónica).
Como ha señalado E. Lledó (Introducción a Ética a Nicómaco, Gredos, 1985), en la sociedad aristocrática que reflejaban los poemas homéricos, el ideal del guerrero (Ulises, Aquiles) representaban la areté (virtud), creando con sus hazañas el contenido de su moralidad. La fama muestra y ensalza un modelo de comportamiento que, difícil de imitar, sintetiza las aspiraciones de una sociedad. No hay en él justificación alguna de sus acciones ni argumentación que pretenda apoyar el esfuerzo del héroe.
Pero la virtud homérica no se adquiere. Para que la virtud pueda “aprenderse” habría que pasar por la experiencia de la sofística. La aparición de la democracia, el derecho a la ley (isonomía) y el derecho a opinar (isegoría) estuvieron impulsados por el escepticismo moral que evitaba que fuera difícil alzarse con la preeminencia en la norma. La Polis democrática se funda entonces en una virtud que se consigue, se construye. El discurso mítico se quiebra, “toda palabra puede ser analizada, toda respuesta ironizada”. El diálogo y la interrogación buscan otra forma de asentimiento que no consista en la inercia ni en la autoridad de la tradición.
Frente a los sofistas, Sócrates y Platón pretenden encontrar en los conceptos una nueva forma de seguridad, más allá de la arbitrariedad y ambigüedad de los viejos términos morales. Para Platón es necesario, como hemos visto, establecer una metafísica del Bien (una jerarquía de Ideas en el mundo inteligible) y una determinada escala de conocimiento para alcanzarlo (como muestran el símil de la línea y de la caverna).
Más tarde, el mejor discípulo de Platón, Aristóteles, se enfrentó al intelectualismo moral de su maestro y sostuvo que la ética era una ciencia práctica, en la que no importaba tanto saber qué es el Bien, como saber cómo ser buenos. La virtud, señalaba Aristóteles, consistía en “una disposición adquirida de la voluntad (un hábito, por tanto), consistente en la búsqueda del término medio (entre su exceso y su defecto), relativo a la recta razón (en la que por tanto interviene también el correcto razonamiento de los fines) y según el modelo del hombre prudente (el modelo moral del sabio, no del héroe)”.
En la época griega, el pensamiento, la filosofía, se entiende como una forma de ascesis, de moldear la propia existencia. En la democracia ateniense la reflexión ético-política ocupaba un lugar esencial. Así creemos que debería ser en cualquier sociedad democrática, basada en el diálogo y el debate entre ciudadanos. Pero, en la actualidad, la ética, como ha señalado Peter Singer (Ética práctica, 2003), se suele considerar como “un sistema ideal noble en teoría, pero sin valor en la práctica”, como algo inteligible sólo en el contexto de alguna religión, como “un sistema de molestas prohibiciones puritanas, fundamentalmente diseñadas para evitar que las personas se diviertan”, o lo que es peor como una cuestión relativa o subjetiva, lo que niega la posibilidad del razonamiento ético, la posibilidad de afirmar, desde el punto de vista de la razón, que no es cualquier juicio ético tan válido como otro. Un reflejo de esto es el papel de la ética en la educación, entre la alternativa a la religión o su arrinconamiento en el último curso de la enseñanza obligatoria. Por no hablar de la polémica creada en torno a la asignatura de Educación para la ciudadanía y los derechos humanos, cuyo contenido se desgaja del tradicional temario de la asignatura de Ética, con lo que se permite tanto al gobierno como a los sectores más reaccionarios, enredar estas materias en el debate sobre el derecho de las familias, o del Estado, a formar o educar en ciertos valores a los jóvenes (cuando de lo que se trata es de permitir un espacio para el debate racional y crítico de los valores y problemas morales contemporáneos).

Escuelas éticas: Escepticismo

El escepticismo es una importante corriente del pensamiento occidental. Ya vimos el escepticismo del sofista Gorgias, y de la escuela helenística encabezada por Pirrón; pronto veremos el escepticismo de la duda metódica del filósofo moderno René Descartes. Para ir reflexionando sobre este tema puedes escuchar este extracto del programa Redes dedicado al escepticismo.

La ética de los medios de comunicación, I


La organización internacional Survival ha denunciado al programa Perdidos en la tribu, de la Cuatro, por el uso de términos como "tribus primitivas" y por la forma de presentar sus hábitos o rituales. Un ejemplo de esto lo puedes ver en la propia página web de la cadena.
La denuncia de Survival no es la primera que recibe Perdidos en la tribu, un espacio al que la Fundación CEAR –ONG que trabaja en Namibia– acusó de "poner en ridículo a una de las culturas más antiguas del planeta". A mediados de mayo, la organización tachó a la cadena privada de hacer un "espectáculo de su forma de vida", ya que según su responsable de sensibilización se trasladó a doce familias a 700 kilómetros de sus casas para la grabación del programa, alterando su ritmo habitual de trabajo y educación de los más pequeños. Como nos señala el bloguero Toni Campos:
En este programa, lo que menos va a importar es dar la verdadera imagen de esas tribus, ya que como han declarado los mismos productores del programa “Cuatro lo único que ha hecho ha sido comprar un formato que se ha realizado en muchísimos países” y han reconocido que “la productora busca los aspectos más pintorescos” para subrayar este choque de culturas, y para ello “se han acentuado los aspectos más rupestres” de las tribus. Es cierto, el programa es la adaptación española del formato belga Ticket to the tribes, que se ha emitido en países como Holanda o Alemania. En la mayoría de las ediciones en los diferentes paises en que se ha emitido, participan las mismas tribus, lo que incita a pensar que las familias españolas no les van a resultar tan sorprendentes como parece. Según reconocieron los responsables del programa, las reacciones de los indígenas son fingidas. Las tribus se convierten en parques temáticos , donde los indigenas son considerados como parte del decorado, no como personas en si. Ante las criticas los de CUATRO dirán, como de hecho ya argumentaron en la edición anterior, que las tribus participan voluntariamente Como si la pobreza diese muchas opciones para elegir o como si les explicasen a los lideres de las tribus, que el proposito del programa es hacer mofa de las costumbres de la tribú. La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) cree por su lado que este reality transmite “una imagen errónea de las comunidades tradicionales africanas”. AECID expresó su “preocupación” ante las “consecuencias negativas” que la emisión del programa puede provocar en las tribus que en él participan, . En concreto denunciaron los efectos negativos a dos de las tres tribus particpantes, los himba (en Namibia), y los mentawai (en Sumatra) en la primera edición del programa. Para acabar, lo que ya ha publicitado Cuatro para los Hammer y que podeis ver con vuestros ojos en su propia web “Los Hamer viven en una apartada región al sur de Etiopía y son considerados como uno de los pueblos más tradicionales de su país. Cuando a un niño le duele el estómago, esta tribu mata a una cabra y le coloca los intestinos en la cara para que sane pronto. Uno de sus más destacados rituales tiene lugar en el paso de la juventud a la madurez. Para convertirse en hombre, el niño ha de saltar desnudo por encima de una larga fila de vacas, mientras los miembros femeninos de su familia reciben latigazos como símbolo de orgullo y devoción. Cuantas más cicatrices tenga una mujer hamer como consecuencia de este rito, más respetada será. Una de las señas de identidad de este pueblo es el pelo de las mujeres: lo pintan de color rojizo con una mezcla de ocre y grasa animal. En cuanto a su gastronomía, no es extraño verles tomar sangre de toro.

A continuación, puedes escuchar el último canto en lengua "bo".Recientemente murió la persona más anciana de un pueblo indígena de las Islas Andamán de la India. Boa Sr, que murió a la edad de 85 años, era la última persona que hablaba “bo”, una de las diez lenguas granandamanesas. "Se cree que los bo llevaban viviendo en las Islas Andamán unos 60.000 años, lo que les convertía en los descendientes de una de las culturas humanas más antiguas de la Tierra. Cuando los británicos colonizaron las Islas Andamán en 1858, los granandamaneses sumaban 5.000 personas. La mayoría fueron asesinados o murieron por las enfermedades que trajeron consigo los colonizadores. Tras no lograr “pacificar” a los pueblos indígenas por medio de la violencia, los británicos intentaron “civilizarles” capturando a muchos de ellos y manteniéndoles en lo que se conocía como “Hogar Andamán” . De los 150 niños que nacieron en este lugar ninguno vivió más de dos años. Los granandamaneses supervivientes dependen en gran medida de los alimentos y el cobijo que les proporciona el Gobierno de la India. El abuso del alcohol está extendido entre su población" (Fuente: www.survival.es).
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Ética y Solidaridad

J. Riechmann recoge en La habitación de Pascal (Los libros de la Catarata, 2009: 248) esta antigua historia china que nos explica el paraíso no como un asunto trascendente, sino como una construcción humana basada en la solidaridad:
“Según se narra, un viejo pidió un deseo antes de morir: quería ver el infierno y el paraíso. Como toda su vida había sido honrado, su deseo le fue concedido.
Primero fue conducido al infierno. Vio mesas repletas de deliciosos manjares, pero los comensales parecían hambrientos y furiosos. Sentados a dos metros de la mesa, tenían que utilizar unos palillos muy largos y no conseguían llevarse ningún alimento a la boca: de ahí su frustración y sufrimiento.
Entonces el anciano fue llevado al paraíso y vio exactamente el mismo espectáculo. Sí, explicó a su regreso. Las mismas mesas, la misma comida, los mismos palillos. Pero los comensales parecían felices y saciados. Cuando alguien le preguntó por qué, contestó: porque se alimentaban unos a otros”.

Ética y Publicidad

"La publicidad comercial es incitación a un hedonismo primario, invitación a la irresponsabilidad ecológica y social. Con la invasión publicitaria de los medios de difusión masivos, dejamos que el gran capital se convierta en un acondicionador de la moral colectiva, le conferimos un poder descomunal e inaceptable" (J. Sempere, citado en Riechman, 2009:315).

Vivimos invadidos por la publicidad: llena nuestros buzones, nuestras calles, aparece en nuestra ropa, en internet, en los medios de comunicación de masas... Con el automóvil privado como fetiche supremo. Y normalmente no nos preguntan si deseamos que nos bombardeen con esa omnipresente seducción, la introducen y punto. Me comentaban, por ejemplo, que en EEUU mucha gente intenta no hacer público su número de teléfono para no recibir constantes llamadas de alguien que intenta venderle algo o hacerle cambiar de compañía.
El capitalismo contemporáneo, como señala Reichmann (2009), "necesita consumidores bulímicos, constantemente excitados e insatisfechos, para absorber una producción siempre creciente de bienes y servicios".
Frente a esto deberíamos responder con esa máxima de "De casi todo sobra un tercio", o la que aparecía en la entrada del tempo de Apolo en Delfos: "De nada en demasía".
Deberíamos tener la capacidad de "producir lo necesario, no lo insosteniblemente superfluo. No confundir bienestar con el consumo siempre creciente de bienes y servicios mercantilizados". Deberíamos, señala Reichmann, defender la autocontención y la precaución como principios político-morales, no meramente como una propuesta de moderación individual de consumo, "sino como un proyecto de sociedad,encauzado por poderes políticos":
"No es posible construir una sociedad ecológica sin poner radicalmente en cuestión las estructuras de poder y de propiedad. Ni es posible sin introducir radicales medidas de limitación en el consumo de energía y materiales. Estas son verdades que, en las sociedades del Imperio del Norte, casi nadie quiere oír".
Algunas culturas no sólo miran al pasado sino que viven, se organizan y producen pensando en las generaciones futuras. En la nuestra, la máxima es "vivir el presente", y detrás de nosotros..., el diluvio.
Frente a la idea de no aburrirse nunca y consumir intensamente, es necesaria, urgente, "otra manera de estar en el mundo, definida por cinco adjetivos: ligero, lento, cerca, silencioso y solar".
Para ello deberíamos solucionar el problema de Pascal, que da título al libro que comentamos de J. Riechmann: "He descubierto que toda la desdicha de los hombres proviene de no saber permanecer en reposo, dentro de una habitación" (Pascal, Pensamientos).

La actual crisis ecológico-social no se resuelve a través del prometeísmo tecnocientífico que nos hace creer que podemos sobrepasar todos los límites. El petróleo barato que ha estructurado nuestra actual sociedad y economía ha conducido a un modelo de producción y consumo insostenible, y no tiene recambio sostenible, por mucho que nos anuncien nuevos avances tecnológicos.
Contra la crisis ecológica no vale el marketing verde: "la solución no son coches ecológicos, son menos coches, y si no logramos muchos menos coches, no hay solución".
Pero, como plantea Riechmann desde su "pesimismo activo", "¿cómo obtener apoyo para un programa que plantea formas de vida más austeras?",¿cómo superar esa inercia o pereza mental que defiende que cambiar el actual modelo económico es imposible, cuando ya ha cambiado muchas veces a lo largo de la historia, incluso la más reciente?
Deberíamos atender más a las criticas de la ecología política actual y a las tradiciones más cooperativistas y asociativas del movimiento obrero. Y deberíamos hacerlo ya.
Las citas utilizadas pertenecen al libro de J. Riechmann, La Habitación de Pascal, La Catarata, Madrid, 2009.


Consume hasta morir. Proyecto contrapublicitario de Ecologistas en Acción:
“ConsumeHastaMorir es una reflexión sobre la sociedad de consumo en la que vivimos, utilizando uno de sus propios instrumentos, la publicidad, para mostrar hasta qué punto se puede morir consumiendo. Este proyecto nace en Madrid en el año 2002, dentro de la asociación Ecologistas en Acción, confederación de ámbito estatal fruto de la unificación, en 1998, de más de 300 grupos ecologistas. Desde entonces, mantenemos el sitio web consumehastamorir.com, elaboramos contrapublicidad gráfica y audiovisual, escribimos textos, impartimos talleres o participamos en procesos de creación colectiva junto a otros colectivos sociales.

El BLF, Reclaim the Streets, Adbusters, The Yes men, Cassers de Pub o Yomango son proyectos que, desde distintos puntos del planeta, confluyen en la crítica al papel ideológico de la publicidad, pero a la vez mantienen un compromiso con la experimentación lingüística y la provocación expresiva. Son proyectos que discuten abiertamente con el monólogo de las vallas comerciales, la publicidad de los hipermercados o los medios de masas; apropiándose, como hiciera el arte pop, del lenguaje que se escucha en las ciudades, en la televisión, en los spots. Y sin embargo, toda esa dimensión lingüística de nada sirve sin el sustento de una crítica bien fundamentada a la injusta distribución de los recursos del planeta y a la espiral consumista que la mantiene. Justamente no es casual que, a la vez que el movimiento contrapublicitario tomaba cuerpo, lo hacía también un heterogéneo movimiento de respuesta a ese modelo de sobreproducción y sobreconsumo: las asociaciones en defensa de los derechos de los consumidores, el movimiento por la agricultura ecológica y la soberanía alimentaria y, finalmente, las redes de comercio justo y consumo alternativo, nacían en muchos casos de otros movimientos sociales, pero centraban su lucha alrededor de un nuevo sujeto social, el consumidor”.

Otros enlaces en http://www.letra.org/consumehastamorir/php/enlaces/

También puedes consultar la Revista Opcions, del Centre de Recerca i informació en Consum.
A continuación puedes ver un fragmento de un interesante documental sobre la manipulación publicitaria sobre la infancia (Documanía):

Breve Historia del Ateísmo

El siguiente gráfico, aparecido en el periódico Público (viernes 2 de abril de 2010), representa una breve historia del pensamiento crítico con el dogma religioso. En él aparecen un buen número de filósofos. También puedes consultar la historia del ateísmo en wikipedia
La Iglesia católica también ejerció la crítica contra la filosofía que parecía amenazar los dogmas religiosos, pero no se limitó a la crítica, y prohibió su lectura, comentario o estudio. El Index Librorum Prohibitorum (1559-1966) contenía nombres de autores cuyas obras estaban prohibidas en su totalidad, obras aisladas de otros autores o anónimas y también un detallado repertorio de los capítulos, páginas o líneas que debían ser cortados o tachados. La última edición data de 1948 y, aunque se siguieron incorporando títulos hasta 1961, una provisión de 1966 decretó que no se siguiera renovando.. En la relación de libros prohibidos puedes encontrar la obra de filósofos como Descartes, Kant, Spinoza, Hume, Jean Paul Sartre, Unamuno, y muchos más.

martes, 1 de marzo de 2011

Las reformas educativas (I): la LODE

Hace ya 25 años que se aprobó la LODE, una de las leyes orgánicas sobre educación con mayor recorrido en la historia de España.  El 3 de julio de 1985, tras un fuerte debate, especialmente en torno a los "conciertos educativos" con la enseñanza privada, se aprobó la Ley Orgánica del Derecho a la Educación (LODE). Esta ley venía a modificar la ley del Estatuto de Centros Escolares (LOECE) aprobada en 1980 por el gobierno de UCD, tras una fuerte protesta estudiantil. Esta ley, de carácter muy restrictivo respecto a la autonomía de los Centros educativos y  a la participación del alumnado en su funcionamiento, sería parcialmente anulada por el Tribunal Constitucional.  Además, el cambio de gobierno, tras el triunfo del PSOE  en las siguientes elecciones, condujo, aunque con cierto retraso, a la reforma de las enseñanzas no universitarias, aunque lo hizo de forma fragmentada: primero a través de la modificación del régimen de los centros (LODE, 1985), luego con la reforma del currículo (LOGSE, 1990), y en 1995 con la Ley Orgánica de Participación, Evaluación y Gobierno de los centros docentes (LOPEG).
La LODE tuvo como ejes básicos la constitución de los Consejos Escolares (su importancia en la gestión y control de la autonomía de los Centros educativos) y el tema de los conciertos educativos, que llevaría a la expansión de la enseñanza concertada en nuestro país (en detrimento de la pública). Como ha señalado Luis Gómez Llorente ("El desvío de un modelo", Cuadernos de Pedagogía, nº 408, enero 2011, pp. 85-91), el desarrollo de la LODE, ya polémica en sus orígenes por su búsquedad de equilibrios y concesiones a la enseñanza privada, ha ido degradándose con los años, produciendo una hipertrofia de la concertación (la escuela concertada, que no la pública, ha sido la gran beneficiada en este proceso) y la atrofia de la participación (junto con la pérdida de competencias de los Consejos Escolares). La expansión de los conciertos durante estos años ha ido más allá de los límites que establecía la ley de 1985 (art. 47), que los situaba en la EGB, y se han ido extendiendo, en ocasiones, hacia la Formación Profesional, el Bachillerato, la Educación Infantil o los PCPI. Por otro lado, la "autonomía" de los Centros es una expresión que ha invertido su original significado: si en la LODE significaba la gestión, control y participación de los órganos de participación de la comunidad educativa en el funcionamiento de los centros escolares, en la actualidad, "autonomía", especialmente en el sector privado, significa la "ampliación de las facultades de quien tiene la potestad de dirigir" el centro educativo. Ya desde la LOCE, durante el gobierno del PP, se revocó la competencia del Consejo Escolar en la designación de los directores. Y cuando el PSOE llega al gobierno y saca adelante la LOE (2006), "no reestablece la elección del director, sino que establece un complejo sistema de selección por una comisión bipartita Administración-Centro, en la que tiene mayoría los representantes del Centro, pero que opera de acuerdo con un baremo elaborado por la Administración". Esta se reserva, asimismo, la evaluación de la gestión de los directores. Lo paradójico, además, es que es entonces, como señala Luis Gómez, "cuando se adaptan sustanciosas medidas (económicas y profesionales) para estimular la presentación de candidaturas" (ahora que la dirección de los Centros es claramente dependiente de la Administración, y no cuando eran cargos electivos). Se tiende a "profesionalizar" la dirección de los Centros, en dirección hacia un nuevo estamento jerárquico, más dependiente de la Administración que de la comunidad educativa. Se tiende a desincentivar la ya escasa participación democrática en la escuela, en la búsqueda de buenos "gestores". Y así nos va.